miércoles, 15 de junio de 2011

Circular



Nada más levantarse, escribía en un papel cómo se sentía esa mañana; y lo repartía entre sus amigos, vecinos y conocidos a modo de circular. Todo el mundo sabía cómo se encontraba a diario. Si en la cafetería era bueno servirla un poco más de leche en el café, una magdalena más; si en el super debían poner el helado de chocolate en oferta o si no era el mejor día para declararse con ella.



De esta forma, los días grises, parecían menos grises y los felices lo eran mucho más. A veces, no estaría de más seguir la misma estrategia o prestar más atención a las circulares de otras personas.

3 comentarios:

  1. no es mala idea pero a veces hay cosas que hay que guardarse para uno mismo

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  2. si en el super debían poner el helado de chocolate en oferta

    Me ha hecho mucha gracia esa parte :)

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  3. Has de tener en cuenta, Navarro, que no es fácil saber leer las circulares de los demás. Requiere mucha, mucha práctica. Muchas lecturas erróneas.

    Además, no todo el mundo envía circulares. De hecho hay gente que ni las escribe. Otros las escriben y jamás las llegan a enviar. Y otros las envían, sí, pero con datos falsos, para engañar.

    Saber discernir entre algo escrito desde el corazón, o por aparentar, y extrapolarlo a la interpretación de los sentimientos de las personas, es un arte, una ciencia que es muy poco reconocida.

    Sigue así.

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