jueves, 2 de junio de 2011

Confesiones a mi psicólogo de barra

Cómo resumiría yo hasta ahora mis historias " amorosas " ? . Pues muy sencillo, en una sola frase: " Me sacaban la lengua en lugar de enseñarme a besar ". Palabras de Joaquín Sabina en su increíble canción de viudita de Clicquot. Y es que es realmente así. Hasta hace poco, achacaba mis " fracasos amorosos " a mi forma física. En defensa de mis retractores sobre esta última idea, he de confesar que la concepción que tenía de mi mismo, hacía que no me aventurara a intentar nada con ninguna chica y a no salir nunca, ya que me atrevía a adivinar la respuesta que me darían ante una posible intentona. Decidí cambiar, y mentiría si digo que fue por salud, por que no es verdad, la razón del cambio, radica en la idea de que el cambiar sería paralelo a un aumento de posibilidades. Además, este año empezaba la universidad, lo que significaba entrar en contacto con gente que no me conocía de nada y el de tener un rol totalmente diferente al que tenía en el colegio. Mientras que a la gente le daba pena dejar el colegio, yo, el día de mi graduación, daba saltos de alegría porque no veía el momento de marcharme de allí. Al irme, no solo dejaba el colegio, sino todo aquello que yo había sido y vivido en ese lugar. En la universidad conocí a gente que consiguieron que cambiara un poco la concepción que tenía sobre mí. Incluso se me presentaron oportunidades para solucionar " mi problema " pero, siendo un tanto egoísta pensaba que no me valía cualquiera ( concepción estúpida de la que me percaté más adelante ). Me empezó a gustar una persona, de la que no niego que me encoñé, demasiado incluso, y animado por las esperanzas de amigos y de mí mismo, se lo hice saber. Pero..... a pesar del cambio, no cambió nada, bueno, igual la forma de hacerme saber que no era recíproco, por lo demás, el concepto era el mismo. Confesaré también que esta vez me jodió más que otras, porque me gustaba de verdad y no sé, me vi con más posibilidades... en fin, de ilusiones vive el hombre. " Ye lo que hay " diría mi abuelo. No se le puede pedir a alguien que sienta por ti lo que en verdad no siente y eso tú no lo vas a poder cambiar ni por todo el oro del mundo.

1 comentario:

  1. en lo ultimo tienes razon, pero las ideas las puede cambiar uno mismo y lo que opinas ahora no sera lo que opines siempre

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